viernes, 30 de octubre de 2009


“Estamos en un período de reflujo en las luchas del movimiento estudiantil” dicen varias agrupaciones políticas en los distintos espacios universitarios. Los análisis son variados, sin embargo, no son excusa para deshacer el trabajo y la experiencia acumulada al calor de las movilizaciones. ¿Las mallas curriculares están pensadas en el desempeño social de las carreras? ¿El mecanismo de ingreso (P.S.U.) ya no es elitista? ¿La educación dejó de ser un privilegio y pasó a ser un derecho? ¿La educación pública está al servicio del pueblo? Si la respuesta a estas preguntas es negativa –y lo es– no se justifica la poca participación estudiantil de este año.

Razones no faltan para movernos, y en medio de todas estas problemáticas el conflicto que emerge de manera más concreta y urgente es el alza de aranceles que afectará el bolsillo de todas nuestras familias. Este aumento es siempre justificado por el alza del IPC (Índice de Precios del Consumidor), pero aunque este año el IPC fue negativo (-1,1) los aranceles, lejos de bajar, subirán groseramente (se habla de entre un 14 y un 18%). O sea, otro gasto que se suma al que diariamente realizamos en materiales de estudio, ropa, comida, transporte, techo, entre varios otros, todo indispensable para desarrollar una vida digna.

Ante todo esto, la FECH se ha limitado a mandar informativos sobre lo perjudicial que sería la continuación de las alzas y a redactar una carta al Rector en la que señala la necesidad de congelar los aranceles. Iniciativas que, si bien necesarias, son completamente insuficientes si lo que buscamos es incidir de verdad en esta nefasta práctica de autofinanciamiento, pues chocan contra una institucionalidad muy poco democrática y una triestamentalidad ficticia expresada por ejemplo, en el Senado Universitario. Por otro lado, no es mucho lo que podemos esperar de una mesa directiva FECH copada por el reformismo y alejada de los estudiantes de base, sin capacidad de convocar en forma sincera y desde abajo a un proceso de lucha real.

Sin embargo, en la otra vereda podemos mirar los últimos sucesos en la U. de Conce, en donde l@s compañer@s acaban de dar una lucha ejemplar. Tras un mes y medio de movilizaciones lograron el congelamiento de aranceles por tres años y que desde el 2012 se aumentarán los aranceles de acuerdo al IPC del momento. También se disminuirá el costo de la matrícula en un 30%. Ambos beneficios para todas las generaciones. Lo que además muestra la posibilidad de movilizaciones en el segundo semestre y no sólo en la temporada otoño-invierno.

Entonces, el llamado es claro: la Universidad de Chile se está privatizando hace años y, mientras más se retrasen los procesos necesarios para detener esta tendencia neoliberal, más serán los derechos perdidos y mayor tendrá que ser la fuerza de la respuesta estudiantil. Si bien el ejemplo de nuestr@s compañer@s en Concepción está todavía lejos de transformar el sistema educativo de nuestro país, el congelamiento efectivo de los aranceles es sólo el primer paso hacia la restitución de nuestro derecho a la educación. Es desde estas pequeñas demandas que debemos ser capaces de tensionar la mercantilización de la educación hacia la gratuidad, el acceso igualitario, la triestamentalidad real y la socialización de la educación. Se trata, pues, de transformar nuestra casa de estudio en una institución al servicio de las mayorías, en una universidad que realmente sea de todos.
Un movimiento estudiantil que no es capaz de dar la lucha por demandas concretas y urgentes, no puede pretender levantarse por cambios de fondo. Urge la organización, urge la participación activa, urge la solidaridad, urge nuestro compromiso con los excluidos y oprimidos por el Estado y el Capital.

Arriba lxs que Luchan.

sábado, 2 de mayo de 2009

1er Ciclo de Documentales: Movimiento Social Latinoamericano


1er. Ciclo de Documentales en la Escuelita de Gobierno de la U. de Chile. En esta primera muestra, exhibiremos 3 documentales que reflejan las distintas perspectivas y dinámicas de los Movimientos Sociales Latinoamericanos. Tendremos invitados del mundo social, académicos y un espacio de diálogo común que nos aproxime hacia un reconocimiento de las contradicciones, luchas y conflictos que azotan nuestro continente.

-Miércoles 6 de Mayo, 16:00 hrs. “FASINPAT" (Dir. Daniele Incalcaerre, Argentina, 2004)

En el año 2004 se estrena un documental de 68 minutos de duración sobre la historia de FaSinPat. Fue producido y dirigido por el cineasta italiano Daniele Incalcaterra. Inesperadamente tomó una postura innovadora desde la visión de un ciudadano italiano, en la que defiende a los trabajadores, debido a que allí se ha dado un manejo mediático que intenta respaldar a Luigi Zanón y desacreditar la lucha obrera considerándola un despojo al capital de su dueño.


-Miércoles 13 de mayo, 16:00hrs. “Caminantes” (Dir. Fernando León de Aranoa, México 2001)


Documental dirigido y producido por Fernando León de Aranoa, que muestra la expectación creada en la localidad de Nurio ante la próxima llegada del Ejército Zapatista con el propósito de reconocer los derechos culturales de la población indígena, a la par que la visión que de este periplo viajero se tiene desde este ejército revolucionario, por parte del subcomandante Marcos.


-Miércoles 27 de Mayo, 16:00 hrs. “El Juicio a Pascual Pichún” (Dir. María Teresa Larraín, Chile, 2007)


Al sur de Chile, donde vastas plantaciones forestales abren las puertas a mercados internacionales pero causan estragos en el medio ambiente y en la vida del comunero mapuche, dos vecinos: un poderoso terrateniente y un respectado lonko mapuche se enzarzan en una disputa de tierras. Una noche la casa del terrateniente arde en llamas. El terrateniente acusa a su vecino y sin escuchar sus protestas de inocencia lo lleva a la corte, lo que enciende la furia del pueblo mapuche. Sin embargo, incendios similares arrasan con las forestales, forzando a muchos terratenientes a dejar sus predios. Los que quedan, están dispuestos a dar la batalla. Así, lo que parecía una simple disputa entre vecinos, se transforma en El Juicio de Pascual Pichun, en un choque brutal entre dos culturas, dos visiones opuestas, quizás irreconciliables del mundo. María Teresa Larraín. Cineasta chilena independiente, estudia leyes y teatro en Chile, para luego mudarse a Canadá, donde reside por más de 28 años. Regresa a Chile con la realización de El Juicio de Pascual Pichun. Su trabajo se ha centrado en materias sociales y, logra traspasar las fronteras de documental y ficción.

domingo, 18 de enero de 2009

La democratización de la Universidad y la farsa de la actual institucionalidad

Los actuales estatutos de la Universidad de Chile, que funcionan desde hace un par de años han incorporado instancias como el Senado Universitario, las cuales según las autoridades universitarias y gubernamentales han implicado la democratización y modernización de la institución, pues incorporan la participación estamental de estudiantes y funcionarios no académicos.

Al contrario, nosotros creemos que la democratización de la Universidad es una tarea pendiente, ya que a lo más se ha modificado el mecanismo formal de toma de decisiones y superficialmente las normas institucionales. La lógica que impera, y se nota cada vez que las autoridades defienden a los estatutos, es que el gobierno universitario está reservado a los académicos de elite, quienes por “mérito” alcanzan tal “honor”. La democracia, así entendida, queda relegada a un mero procedimiento… votación, sufragio de los académicos… y del mismo modo, la efectiva capacidad de decisión de las mayorías (democracia) es equiparada por ellos como un “fascismo de las mayorías”.

Es preciso acotar, que los actuales estatutos son creados a raíz de las movilizaciones nacionales de 1997, en la cual, la FECH logra el acuerdo de Rectoría de entrar en un proceso de revisión de los anteriores Estatutos, que fue sancionado por la realización de varios Referendums internos triestamentales (1998), en los que se dan una serie de lineamientos a la elaboración del nuevo proyecto de Estatuto. Se nombra un “Comisión Normativa Transitoria”, con representación “triestamental” para que hagan la propuesta. Si bien era triestamental, estaba lejos de ser paritaria: 27 académicos, 7 estudiantes y 2 funcionarios no-académicos a los que se suma el Rector como “Presidente”, o sea 75,7%, 18,9% y 5,4% respectivamente. En la práctica, la Comisión a través de la propuesta de nuevos Estatutos, lo que hizo, fue prolongar su misma estructura, a través del “Senado Universitario”. Se llega a esta propuesta definitiva el 2001.

Se dijo bastante en ese entonces, por parte de casi todos los sectores políticos, que esta propuesta sería un golpe mortal a la LOCE en tanto contemplaba la “participación triestamental” y durante las movilizaciones del año 2002 la Federación reforzó su compromiso con la propuesta de estatutos, pasando por alto que los representantes de funcionarios y estudiantes en conjunto no tienen ni siquiera el quórum suficiente para proponer un tema en tabla. Así, reinando la armonía entre Rectoria y Estudiantes, se pasó al siguiente paso, el proceso de presión política para su aprobación. En la práctica el gobierno no los tomó en cuenta hasta que en una decisión “audaz”, el Rector decidió impulsar de facto la nueva normativa, empezar a funcionar internamente bajo esa dinámica. Así, a fines del 2002 se eligen los miembros de lo que será, provisoriamente, la “Comisión Especial – Senado Universitario” la cual se reúne por primera vez en Marzo del 2003.

Paralelamente, durante los años 2002-2004 se negocia con el gobierno una fórmula para lograr su aprobación, en tono de “buenos amigos”, prometiendo la Concertación que podría ser aprobado por Decreto de Fuerza de Ley. La propuesta es enviada al Ministerio de Hacienda y al de Educación, que lo reenvían con “correcciones”. Se hace una contrapropuesta que, en su mayor parte, es despreciada. Esto es digno de mención… si el Estatuto era bastante tibio en su base, la propuesta finalmente defendida por la Universidad y la Federación fue patética.

Pongamos sólo un ejemplo. En la propuesta original, art. 6, se señalaba: “Dado el carácter de institución nacional, estatal y pública de la Universidad de Chile, el Estado tiene la obligación de proveer los recursos que aseguran el cumplimiento de su misión, así como su estabilidad, continuidad y desarrollo institucional. La Universidad responde ante la Nación con la realización de su labor, el adecuado uso de los recursos asignados y su compromiso de excelencia, además de ejercer las funciones de fe pública que la Ley, el Estado y la Sociedad le encomiendan”. Pero tras el paso por los Ministerios de Educación y Hacienda, volvió “reformulado”: “El patrimonio de la Universidad de Chile está constituido por sus bienes y por los ingresos que le corresponda percibir: a) Los aportes que se le concedan anualmente en virtud de la Ley de Presupuestos de la Nación y los otras leyes especiales le otorguen; b)Los montos que perciba por concepto de derechos de matrícula, aranceles, derechos de exámenes, certificados y solicitudes a la Universidad, y toda clase de cuotas extraordinarias que deban cancelar sus alumnos; c) Los ingresos que perciba por prestación de servicios; d) Los bienes muebles o inmuebles de que sea propietaria y los que adquiera en el futuro a cualquier título; e)Los frutos de sus bienes; f) La propiedad intelectual e industrial que le corresponda de conformidad con la ley; g) Las donaciones, herencias o legados o cualquier tipo de ingresos que reciba de personas naturales o jurídicas.”

Los Estatutos de la Chile: Una Cortina Democrática frente a una Realidad Autoritaria

Si tomamos en cuenta el proceso que dio origen a los actuales estatutos, no es de extrañar que la madeja organizativa que concentra el poder en un puñado de académicos se mantenga inalterable, legitimando y profundizando con velo democrático, una institucionalidad fuertemente autoritaria y excluyente.

En esta pirámide organizativa, cuyo patrono supremo es el Presidente de la República[1], se encuentra a la cabeza el rector, personaje con las más amplias atribuciones, con capacidad de “dirigir y administrar las actividades académicas, administrativas y financieras de la Universidad al más alto nivel”[2], participando en su elección exclusivamente los académicos pertenecientes a las tres mas altas jerarquías. El único que lo puede subrogar es el Prorrector, nombrado por el rector y ratificado por el Consejo Universitario.

Un poco más abajo encontramos al Consejo Universitario, presidido por el Rector, y conformado por los decanos de las facultades y en el que los estudiantes y funcionarios pueden participar a través de un sólo representante con derecho únicamente a voz. Dicho consejo se limita principalmente a ratificar los designios del Rector[3].

Paralelamente, pero siempre por debajo de las otras dos estructuras, encontramos la joyita “democrática” de los estatutos: el Senado Universitario. Obviando lo irrisorio de la estructura “triestamental” (con 27 académicos, 7 estudiantes y 2 funcionarios) que no permite ni a estudiantes ni funcionarios juntos poner siquiera un tema en tabla, lo fundamental es que a través de este espacio de representatividad de carácter accesorio, cuya única función relevante –en la práctica- es ratificar decisiones previamente zanjadas por el Rector o el Consejo[4], se pretende hacernos creer que la comunidad universitaria que no pertenece a la elite académica tiene injerencia real en la definición de políticas universitarias de largo alcance. Peor aún, si ya de por sí la única instancia con voz y voto para estudiantes y funcionarios tiene un peso insignificante, nuestros “representantes” no tienen ningún vínculo directo con nosotros, los estudiantes y funcionarios de base, monopolizando en función de intereses partidistas sus burocráticos y mezquinos cargos.

A nivel local la situación tampoco es de las mejores. Campus, Facultades y unidades académicas de rodillas frente al poder central concentrado en rectoría, con participación anecdótica de estudiantes y funcionarios, completan el cuadro, y como guinda de la torta, casi toda la izquierda universitaria haciéndole el juego al autoritarismo, reconociendo “el avance democrático” de los nuevos estatutos y lanzándose de lleno a disputar en función de sus miserables intereses las migajas que caen desde arriba.

Todo lo anterior se ha evidenciado fuertemente en las últimas movilizaciones que han sucedido en la Universidad. Por ejemplo, en el conflicto que se dió en torno al Proyecto Bicentenario en el campus Juan Gomez Millas se determinó, gracias a la movilización de estudiantes y funcionarios, que algunas cuestiones del proyecto debían ser redefinidas por la comunidad universitaria en su conjunto[5], como fue el caso del endeudamiento de las facultades involucradas. En ese marco, se dejó en manos del senado universitario la decisión de los detalles del procedimiento para tomar tal decisión, en tanto que se consideraba al senado la instancia institucional más democrática y representativa de la Universidad. La decisión del senado en esa oportunidad, como era de esperar, fue desfavorable para la mayoría movilizada, ya que el referendum -propuesto por los mismos movilizados- terminó teniendo una ponderación mayor para el voto de los académicos y la condición de que si ese mismo estamento no votaba en contra del endeudamiento, la votación de los estudiantes y funcionarios no era suficiente[6]. Para resumir, el senado estableció reglas favorables a la ratificación del proyecto tal cual estaba presentado en un comienzo, haciendole el juego a los de siempre y demostrando una vez más que no podemos dejar en manos de otros luchas que nos son propias.

Nadie peleará por nosotros, debemos seguir construyendo, fortaleciendo y democratizando nuestras propias organizaciones para luchar. No todo está perdido. Gracias a la lucha del 97 se instaló la necesidad de una orgánica distinta para la Chile, y nuevamente, si somos capaces de ir desde abajo impulsando una alternativa distinta podremos avanzar en el co-gobierno y en una triestamentalidad real y paritaria, que nos permita dentro del marco de la autogestión, entendida ésta no como autofinancimiento sino como la capacidad colectiva y realmente democrática de injerir en el rumbo de la U, construir una “Chile” y una educación no mercantil, pública y fraterna con los oprimidos y explotados.

[1] Estatutos de la Universidad de Chile, Título I, Artículo 9
[2] Estatutos de la Universidad de Chile, Párrafo 1, Del Rector de la Universidad de Chile
[3] Estatutos de la Universidad de Chile, Párrafo 2, Del Consejo Universitario
[4] Estatutos de la Universidad de Chile, Párrafo 3, Del Senado Universitario
[5] Tomando en cuenta que el Proyecto Bicentenario, como toda decisión de importancia, fue diseñado por una cúpula de autoridades de la Universidad.
[6] Es necesario aclarar, a fin de no dar pie a confusiones, que si se decidió negociar y delegar ciertas decisiones al senado no fue por ignorancia de los movilizados, sino por cierto desgaste percibido en la movilización, cuestión que hizo menos probable pelear por las demandas sin tener que tranzar.



Extraído del Boletín Informativo de la base Fel U de Chile, Tribuna Libertaria

La Elitización de la Universidad de Chile


“La tan cacareada igualdad de oportunidades es otra de las falacias con la que se procura ocultar la ideología del sistema escolar. La igualdad de oportunidades supone que cualquier individuo, no importa su condición social (…) con tal de que esté adornado con un mínimo de dones naturales y se empeñe y quiera, podrá escalar los últimos peldaños de la pirámide escolar y, en consecuencia, acreditarse para desempeñar las importantes posiciones con que la sociedad recompensa a los esforzados (…) Según esta tesis la “movilidad social” se fundamenta en la existencia de los dones intelectuales, noción intrínsecamente ideológica”

Francisco Gutiérrez, Educación como praxis política

La elitización de la Universidad de Chile es un fenómeno constante, que se ha expresado fuertemente en los últimos años a través de dos ejes. Uno es la elitización económica, la cual se evidencia a través de las cifras de la situación económica familiar de los estudiantes, cuyo promedio es, a todas luces, muy superior a lo que muestran otros planteles universitarios. Pero existe una segunda forma de elitización, que guarda relación con los aspectos ideológicos, y se transparenta en el modelo de gestión y el proyecto institucional, y por cierto en las orientaciones que poseen las políticas universitarias, los discursos de las autoridades universitarias, las líneas de investigación y la extensión. Ambas situaciones se retroalimentan, se potencian mutuamente, nos interesa evidenciar esta situación, y a partir de ahí generar una propuesta para enfrentarla.

Desde el 2007, se genera la propuesta de “Nuevo Trato con el Estado”, la cual se plantea desde las autoridades como un cambio radical en la orientación de la Universidad, recuperando supuestamente su sentido público. Para nosotros, entre toda su palabrería de “lo público”, se filtran ciertos elementos que develan hasta qué punto la ideología oficial de la Universidad es elitista.

Por ejemplo, uno de los objetivos de la propuesta de Nuevo Trato, apunta a: Que la Universidad de Chile debe ser preservada en su papel de principal universidad del Estado y del país, atendiendo a su tradición, su capacidad académica instalada, su riqueza epistemológica, su diversidad social y su compromiso con los principios democráticos, por el volumen y la calidad de sus actividades, por su vocación nacional y por su independencia respecto de intereses sectoriales y particulares. El diagnóstico que hacemos, dista mucho del realizado en la formulación de este objetivo, especialmente en dos aspectos, que son, al menos, discutibles.

En primer lugar, esta Universidad se caracteriza estar altamente elitizada, desde un punto de vista socioeconómico, como queda claro por los diversos índices que caracterizan la matrícula y permanencia en la U, en vista de eso, es absurdo plantear que existe “diversidad social”.

En ese sentido, es preciso volver a recordar cuál es la noción de diversidad social y pluralismo que tienen las autoridades universitarias. En Enero del 2007, (Viernes 19 de enero de 2007) el Vicerrector Iñigo Díaz se jactaba de la composición “pluralista” de los estudiantes que ingresaron a la Universidad de Chile. Señalaba: "si uno analiza los datos estadísticos, es interesante observar que de los cinco mil mejores puntajes de la PSU, la Universidad de Chile capta al 35%, es decir cerca de dos mil alumnos. Y la composición de esos cinco mil es otra cosa que nos tiene muy contentos, porque de alguna manera marca el sello de la Universidad de Chile. Eso dice relación con la connotación de nuestra Casa de Estudios como universidad pública, nacional y pluralista. La composición de ese 35% de estudiantes que prefirieron a la Universidad de Chile refleja un Chile más real y de verdad. Eso nos motiva y obliga a dar lo mejor de nosotros, para su desarrollo tanto personal como su formación académica"

La composición que el vicerrector consideraba completamente pluralista, es la siguiente: de esos estudiantes con puntajes altos, el 27% proviene de establecimientos municipalizados, 25% de subvencionados y 48% de colegios pagados.

Es notoria la diferencia, el contraste, con los porcentajes reales de la Educación Media en Chile, la cual, diferenciando los distintos subsistemas es la siguiente: la educación particular pagada cubre solo al 7%, la particular subvencionada el 43% y la municipal el 50%. Saque sus propias conclusiones.

No hay que dar vuelta la espalda a la realidad. Los ingresos familiares, los indicadores de la PSU, los aranceles, y otros indicadores económicos de los estudiantes de la U de Chile están muy por encima del promedio de las universidades. Es lamentable que solo una minoría privilegiada acceda actualmente a la Universidad que se dice de todos los chilenos. Pero desde esta base hay que partir, para combatir y denunciar a quienes pretenden dar la espalda a la realidad de la sociedad chilena, y establecen políticas que acentúan esta elitización económica.

Un segundo aspecto que creemos relevante precisar, es la supuesta “vocación nacional” e “independencia respecto de intereses sectoriales y particulares” planteada en su diagnóstico. En ese sentido, creemos que la elitización que existe actualmente en la Universidad de Chile, no es tan solo un problema de orden económico-social. También se expresa en aspectos ideológicos, en diversas áreas del quehacer universitario.

Un ejemplo de ello, es la búsqueda de matrículas en los colegios más cuicos de Chile, para evitar que esos estudiantes se vayan a la Universidad Católica, lo cual ha sido ejecutado durante al menos los últimos tres años a través de costosas campañas de marketing enfocadas a este tipo de colegio, y ha sido objeto especial de preocupación de rectoría y de decanos de distintas facultades.
Otro ejemplo de este fenómeno, es el carácter de las líneas de investigación en que se concentra la Universidad. En el área de la tecnología, por ejemplo, desarrollando estudios que apuntan al incremento de la ganancia privada de grandes empresas transnacionales, ignorando completamente el desarrollo de una tecnología al servicio del desarrollo de la sociedad. Un ejemplo concreto es el convenio desplegado por la Universidad durante los últimos años con la empresa salmonera Aqua Chile, destinado a investigar para potenciar esas inversiones. Esta empresa, opera en la X región, y ha sido ampliamente denunciada por pescadores artesanales, dirigentes sindicales de las salmoneras y activistas medioambientales, dentro y fuera del país, por el desastre ambiental y social en la cual está implicada. La Universidad de todos los chilenos, menos de los trabajadores de la X región, de los pescadores artesanales y de quienes protegen la naturaleza.

Todo este diagnóstico crítico que presentamos, creemos, no debe ser motivo para renegar del financiamiento de las universidades estatales, lo cual creemos muy importante. Pero es evidente que mayor financiamiento estatal no redundará necesariamente en un cambio de orientación en la Universidad. En la actualidad, un mayor financiamiento estatal no basta para cambiar el horizonte de la Universidad. ¿De qué sirve mayor aporte estatal si finalmente se utiliza para investigaciones al servicio de las transnacionales, y no en función de los intereses sociales? ¿Y de qué sirve un mayor aporte estatal para una Universidad que llega a los sectores más acomodados de la población? Un cambio real de orientación, pasa por una transformación a nivel del sistema educativo en forma global, con la participación de las mayorías sociales de este país, los trabajadores, los estudiantes, en definitiva, los sectores populares. Por eso, nuestra apuesta es la construcción de un proyecto educativo popular y autogestionario, desde las bases mismas de la sociedad, para acabar con este sistema educativo mercantil, autoritario, elitista y ajeno a los intereses sociales.

Esta propuesta, pasa hoy en día por organizar un amplio movimiento de base de estudiantes, articulados en torno a la construcción de poder estudiantil, y en articulación con el campo popular, que desarrolle una línea de trabajo clara en la Universidad para combatir, denunciar y transformar las finalidades, orientaciones y políticas emanadas por las autoridades universitarias, en la Chile y en el conjunto del sistema educacional.



Extraído del Boletín Informativo de la base Fel U de Chile, Tribuna Libertaria

Desde abajo... A fortalecer las organizaciones para luchar

El escenario actual de la lucha por la educación se caracteriza por el reflujo que se comenzó a experimentar, luego de la aprobación de la LGE por la Cámara de Diputados y por la aparente y ya típica inactividad de las vacaciones. Sin embargo, gracias al trabajo que han hecho las organizaciones de base del estudiantado, se logró mantener abierto el debate con respecto al problema educacional con un cierto grado de agitación y movilización en el segundo semestre.

Pensamos que esta situación no es casual. Si bien podríamos enfatizar una serie de falencias por parte del actual movimiento estudiantil, nos interesa en este momento destacar una potencialidad enorme, que se ha demostrado en la capacidad de lucha y acción directa durante el año pasado. Se trata, en el fondo, del carácter de las organizaciones que hemos constituido y de la dinámica que han tomado, desde abajo, un segmento importante de estudiantes universitarios y secundarios.

Tomamos como referente, la construcción de cordones comunales y territoriales, donde nos organizamos como estudiantes universitarios y secundarios, los cuales se coordinaron a través de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Universitarios y Secundarios (ACEUS) en Santiago, y que se formaron en diversas zonas del país. A través de los cordones y otras instancias similares, se han dinamizado las movilizaciones, y se ha tendido a democratizar el movimiento estudiantil.

No hay que dejar, en todo caso, de pensar en la relevancia que pueden tener en algunos momentos espacios de organización más tradicionales, pues muchas veces estos espacios logran contener el reflujo, aunque también pueden volverse en un nicho para la incubación de grupos que hacen el juego burocrático. En las movilizaciones del año pasado, los espacios representativos tradicionales, llámese federaciones o centros de estudiantes, carecían de convocatoria y manejo, por lo que debieron sumarse a las convocatorias de la ACEUS. En ese sentido, sería relevante impulsar la democratización de los espacios de Federación forzándolos a asumir nuevas lógicas más acordes con la nueva dinámica del movimiento: horizontalidad, acción directa, representación por medio de voceros mandatados y revocables, etc.

Al mismo tiempo, sería interesante que durante este nuevo año, al calor de la lucha contra la LGE, recuperemos y fortalezcamos las organizaciones de base territorial. En ese sentido, vemos con preocupación la instalación de ciertas coordinaciones y alianzas exclusivamente entre grupos y colectivos de izquierda que, si bien en muchas ocasiones apuestan a la movilización del estudiantado, en términos de organización, están pensando más en fortalecerse ellos mismos que a la lucha social que libra el conjunto del estudiantado. Esto implica una dosis de sectarismo muy negativo para todos.

Se trata de una situación frecuente, que consideramos bastante negativa en la medida en que los compañeros se restan de la participación en instancias amplias y combativas, e incluso pueden llegar a afectar el desarrollo de movilizaciones. Por cierto nos parece lógico que todos los grupos aspiren a fortalecer su propio proyecto, pero creemos que se trata de aportar prioritariamente a la causa común, enfrentando unidos la progresiva mercantilización del sistema educacional, que afecta a la clase en su conjunto.

Nuestra intención, sin duda, es construir coordinación, compartir ideas, lecturas y propuestas comunes, tejer redes de cooperación y solidaridad entre grupos con orientación clasista e intención revolucionaria. Pero también creemos que este trabajo cae fácilmente en el vacío si se piensa como reemplazo de la tarea central en el actual contexto, que implica desafíos mayores.

Para nosotros, esta tarea principal pasa por fortalecer las organizaciones transversales y de base que se ha dotado actualmente el movimiento estudiantil, pasa también por recalcar el carácter de clase del problema educacional desde el seno mismo de las instancias amplias de coordinación y articulación, y por cierto, pasa por recalcar la importancia del combate directo a las estructuras de dominación implicadas en la educación.

Extraído del Boletín informativo de la base Fel U de Chile, Tribuna Libertaria

martes, 2 de diciembre de 2008

Analisis de coyuntura: segundo semestre 2008

En base a la actual realidad política, social y económica, se hace pertinente analizar y caracterizar el proceso manifestado y experimentado tanto por el bloque en el poder como por el movimiento estudiantil en el último semestre. Nuevamente nos encontramos en un momento lleno de situaciones complejas y problemáticas producto de una nueva ofensiva del bloque en el poder, a propósito de la correlación de fuerzas positiva que han generado en términos legales, sociales y represivos. Por lo demás se hace necesario reconocer las debilidades del movimiento estudiantil en relación a su poder, a su unidad y a su capacidad de articulación. Precisamente nuestra intención no pasa única y exclusivamente por una descripción objetiva de los hechos, si no más bien por desarrollar una propuesta que nos permita superar nuestras flaquezas como movimiento y construir un poder estudiantil que sea capaz de hacerle frente a las intenciones del bloque en el poder, en vías a la concreción de nuestras demandas.

Cuando se duda del modelo las coaliciones se alinean.

El principal antecedente que demuestra la ofensiva del bloque en el poder en torno al fortalecimiento de las políticas neoliberales, es la capacidad de consenso y resolución mostrada por las distintas coaliciones parlamentarias, comprendidas como la Concertación y la Alianza, en cuanto a la aprobación de la nueva Ley General de Educación “LGE”.

Esta ley, mostrada mediaticamente como un avance en torno a las políticas sociales y al dialogo participativo y democrático en el chile “moderno e inclusivo”, en lo concreto, viene a ser exactamente lo mismo que la antigua LOCE, intentando dejar atrás el fantasma de la dictadura militar, siendo un cambio de forma pero no de fondo. La única diferencia sustancial entre la LOCE y la LGE, es que esta última hace una superficial declaración de principios, con una aparente pretensión reformadora, pero cuyo trasfondo reproduce la lógica neoliberal. Es decir, la educación sigue siendo concebida como un servicio al cual se accede por medio del dinero, despojando a las mayorías de su derecho a educarse digna y gratuitamente.

Otra problemática importante vinculada a la arremetida del modelo es el tema del transporte y la tarjeta nacional estudiantil. Si bien ya es cotidiano levantar año a año la reivindicación de derogación y/o modificación de los decretos 20 y 45 que regulan los recorridos, horarios y tarifas del servicio de transporte, en el último periodo se ha manifestado la negativa absoluta desde el gobierno y el empresariado del transporte. A pesar de las mesas de negociaciones caracterizadas por la imposición y la ineficiencia para las demandas estudiantiles, los acuerdos mínimos sobre los criterios del transporte estudiantil no han sido respetados y en lo concreto se mantienen las mismas problemáticas iniciales al momento de plantear las demandas en la movilización. La TNE efectivamente es de carácter nacional, pero no da solución a los problemas de tarifa y horario, rompiendo con los fundamentos básicos de la creación de esta misma. Resulta clarificador el hecho de que se genere nuevamente un subsidio al empresariado del transporte para dar solución a la problemática de las tarifas, haciendo explicito nuevamente el carácter subsidiario del estado y el fortalecimiento del esquema neoliberal en la actualidad, corroborando la tesis de que las políticas sociales quedan a merced del mercado.

Crisis educacional: ¿Autofinanciamiento o administración?

En cuanto al financiamiento de la educación, cada vez se hace más latente y aguda la crisis. La problemática provocada por la absoluta libertad del sector empresarial para invertir y lucrar junto a la voluntad irrestricta del gobierno para privatizar las instituciones estatales ha producido un sistema de competencia entre lo público y lo privado. A nivel de la educación básica y secundaria se experimenta la dureza de la municipalización en cuanto la distribución de recursos a través de una administración local, sin proyección nacional y con una realidad diametralmente opuesta dependiendo del municipio y del tipo de establecimiento educacional en cuestión. Por lo demás, se financia a instituciones privadas de la misma forma que a las públicas, siendo Chile uno de los únicos países en aplicar dicha política publica. De esta manera, la desvinculación del estado de los establecimientos educativos se hace cada vez más palpable a propósito de dichos fenómenos. Las instituciones municipales públicas quedan muy por debajo de las particulares, haciendo entender que la proyección que se entrega a los estudiantes también es diametralmente opuesta, a propósito de su poder adquisitivo y de su futuro rol productivo.

Las universidades públicas viven un proceso de crisis, en distintos niveles, en base a la necesidad de recursos económicos y al autofinanciamiento. Desde que el estado se desvincula de su responsabilidad total con las instituciones de educación superior comienza a surgir el autofinanciamiento como medida de superación para hacer frente a la competencia y a la flaqueza económica. En esta situación, las universidades crean nuevas carreras de barata infraestructura, poca proyección laboral pero de alta demanda, aumentan constantemente los aranceles y aumentan los cupos de las carreras aunque no estén en condiciones de hacerlo. Este año ha sido un momento culmine para varias universidades del país con problemas de acreditación, endeudadas con la banca y con situaciones irregulares y de corrupción. El Aporte Fiscal Directo (AFD) es extremadamente reducido, no supera el 20% del presupuesto total, y el Aporte Fiscal Indirecto (AFI) viene a elitizar la entrega de recursos puesto que es mayor para las universidades que se llevan los mejores puntajes, en relación al financiamiento de la educación superior. El gobierno no se hace irresponsable por dicha crisis y termina responsabilizando a la mala gestión a cada institución, desconociendo nuevamente su verdadero rol social. De hecho, tanto Yasna Provoste, controvertida ex ministra vinculada a ilícitos administrativos, como Mónica Jiménez, han dejado claro en sus pronunciamientos que el sistema en la actualidad funciona con buena gestión en términos ideales, y que las situaciones problemáticas o conflictivas son responsabilidad de la comunidad universitaria.

No es para nada extraño reconocer a estas alturas del año que efectivamente ha sido un periodo de gran complejidad para los estudiantes del país, caracterizado por la carencia de una articulación reivindicativa y por la inexistencia de nexos de comunicación que generaran una correlación de fuerzas positivas a la interna del movimiento. El despliegue de los estudiantes que se movilizaron primero en sus planteles universitarios, fue desarrollándose de manera parcelada, paulatina e inconstante. A nivel secundario se desarrolló algo más unificado pero que tampoco pudo generar referentes o grandes concentraciones más allá de la movilización en conjunto con los profesores que fueron convocados a lo largo de todo el país, todo esto, frente a la posible aprobación del proyecto de la LGE y de la gran cantidad de Universidades en crisis financiera a lo largo del país. Uno de los principales problemas que no pudieron resolverse de manera eficiente fueron los relacionados a las condiciones temporales de la movilización. El proceso de lucha estudiantil tuvo alrededor de tres momentos de agudización y tres momentos de baja, por lo que no hubo capacidad de articulación, todo esto junto a la múltiple diversidad de demandas que fueron levantadas.

El bloque social y la canalización reformista.

Agotadas las movilizaciones por parte de los estudiantes por el congelamiento de la tarifa, por el rechazo a la LGE y la derogación de la LOCE, casi sincronizadamente el gremio liderado por Jaime Gajardo levanta un paro por el “fortalecimiento de la educación publica” a horas de firmarse la aprobación de la LGE por la cámara de diputados. Ante esta emergencia, la concertación, para asegurar los votos por el pacto en educación firmado con la alianza y evitar la prolongación del paro, posterga la votación para el día siguiente donde por mayoría absoluta se aprueba la nueva ley por parte de los diputados. No pasa mucho tiempo para que el colegio de profesores convoque a un nuevo paro junto con la CUT, aprovechando la coyuntura en el parlamento por el veto a la ley. Esta vez la movilización alcanzo menos adhesión y cobertura mediática y probablemente no se convoque otra de esta magnitud hasta la aprobación total de la ley. (como finalmente ocurrió, N.E)

No es casualidad que la directiva del colegio de profesores convoque a una nueva jornada de movilización. Puede ocurrir que el Partido Comunista, ante la negativa de reformar el sistema electoral (como se afirma en la declaración leída por Gajardo: “Reforzar el binominal, vinculación con la LGE; (…) para hacer reformas sociales hay que hacer reformas políticas” ) por parte del parlamento, despliegue todas sus bases sociales para causar un ambiente de descontento, canalizado por las pocas direcciones que le quedan a este partido, y de este modo darle un temporal dolor de cabeza al gobierno, dolor que no tiene otra proyección que poner sobre el tapete político intereses reformistas conforme con el marco jurídico-legal burgués. (lo que finalmente no ocurrió N.E.)

En cuanto a la participación de la CUT. Si la movilización cuenta con el apoyo de dicha instancia sindical, por un lado se reafirma la calidad de “representante de los trabajadores”, puesto que, hasta el momento, se habían sumado numerosos gremios públicos y privados a la movilización, y por otro, con Martínez a la cabeza todo es mas fácil para el bloque en el poder si es que las aguas se mueven mas de lo debido; así el dialogo y el “nuevo congreso por mas y mejor educación publica” es en parte seguro y favorable para los de arriba, y en el peor de los casos para provocar confusiones entre el mismo bloque social. Esta presencia y canalización de la burocracia sindical dentro del movimiento de seguro beneficiará la correlación de fuerzas para ligar el “Segundo proyecto por el fortalecimiento de la Educación publica”, liderado por la nueva ministra Mónica Jiménez, al congreso proclamado por el gremio de profesores. De todas maneras, la masiva movilización se inscribe en el actual periodo de reactivacion del movimiento popular, dando un paso en la conciencia del profesorado de base.

Hacia la unidad y claridad política en el movimiento estudiantil y popular.

Los puntos en discusión en términos del horizonte de la lucha estudiantil fueron la democratización, el financiamiento, TNE y LGE, que si bien están conectados, existe una mayor importancia evidentemente de lo relativo a los temas estructurales vinculados al modelo. Lamentablemente dicha premisa no fue asumida inicialmente y se asumió dicha perspectiva de manera tardía, ya que algunos asumían el tema de la TNE y de las reivindicaciones internas como lo definitivo, dejando de lado la LGE y la crisis de financiamiento de la educación superior. Finalmente como se ha dicho, se hegemoniza lo relativo a la LGE, por una cuestión de coyuntura de agitación desde variados sectores sociales, evidenciando la incapacidad de los Zonales que no fueron capaces de generar consensos ni directrices mínimas más que convocatorias a movilizaciones, aunque a nivel de CONFECH se manifestaban acuerdos que a decir verdad representaban solamente a quienes se desempeñaban en las instancias de conducción política universitaria.

El avance que podríamos vislumbrar, en el actual periodo de luchas, en torno al movimiento social vinculado a la educación, ha sido, y continuara siendo, la articulación con la que se movilicen las distintas organizaciones representativas de los actores involucrados. Los estudiantes secundarios, los universitarios, los académicos y no académicos, debemos comprender que la victoria a nuestras demandas no caerá por voluntad del gobierno y los “políticos profesionales”, sino que será conquistado única y exclusivamente por la movilización conjunta y articulada, ya que como la experiencia nos ha demostrado, este modelo no cederá conscientemente para dar paso a nuestras demandas.

El camino que tenemos por delante es largo, y nuestras tareas como organizaciones político-sociales lo son aun más. Al movimiento vinculado a la educación, como el movimiento popular en su totalidad, le quedan muchas batallas por dar, muchas victorias y derrotas por vivir, pero al final de cuentas, el avance está en la experiencia que nos aporten tales luchas a nuestras organizaciones sociales, a la conciencia de las bases, a la politización del movimiento popular. Estos avances debiesen abrir las puertas a las proyecciones de las movilizaciones de todos los que luchan por dignidad, clarificando que la base de todas las problemáticas sociales están enmarcadas en el desarrollo del imperialismo en nuestro país y la imposición del modelo capitalista de corte neoliberal.

Por el momento debemos continuar fortaleciendo las organizaciones sociales y los referentes de coordinación mediante prácticas libertarias, levantando programas coherentes de articulación social y apostando por la formación de sujetos sociales, siempre amparando como premisa la unidad de los sectores, superar el gremialismo, la burocracia y la mediocridad política, asegurando el libre camino para la voluntad popular.

¡ Porque el Modelo No Cederá, Avanzar en la Lucha Popular !

ARRIBA LOS QUE LUCHAN

La crisis del modelo neoliberal en Chile

La crisis del modelo neoliberal en Chile


1. ¿Qué es el Neoliberalismo? El neoliberalismo es una etapa del desarrollo del imperialismo, que se instaura en nuestro país con la dictadura militar para remplazar a la etapa capitalista anterior, el desarrollismo, que impedía a los grandes capitalistas mantener el ritmo de sus ganancias.De lo anterior puede deducirse que con el neoliberalismo:

Se le otorga al sector privado la libertad absoluta de hacer en función de sus intereses.

Se privatizan las empresas del Estado y se incentiva la apertura del mercado nacional al exterior, modificándose la matriz productiva industrial, pasando a la exportación de materias primas.

Desaparece el Estado "protector", transformándose en "subsidiario" con el consiguiente abandono progresivo de las políticas sociales, bajo el argumento de que el libre funcionamiento del mercado resolvería los problemas de la pobreza.

Se plantea que la población ya no debe recurrir al Estado para demandar sus derechos sociales, sino al mercado, pero la única manera de acceder a éste es por medio del poder adquisitivo.

2. El neoliberalismo como estrategia de desarrollo En el neoliberalismo, el crecimiento económico (la riqueza producida por todos) se redistribuye a la sociedad a través del "chorreo", es decir, el beneficio indirecto que reporta a los trabajadores y al conjunto del pueblo las utilidades de los empresarios, lo que "idealmente" repercutiría en mejores salarios o en mayor inversión y, por consiguiente, en generación de empleo.

Para que haya crecimiento económico, en un sistema de economía primario exportadora, es necesario que el Estado genere condiciones favorables para que la burguesía intervenga en el mercado internacional con ciertas ventajas comparativas (menores costos de producción y mayor venta en el extranjero al ser mucho más baratas las cosas producidas).Fue la dictadura la que crea estas condiciones, a partir de la flexibilización de las leyes laborales, la limitación de la negociación colectiva y la sindicalización, el establecimiento de sueldos mínimos de hambre, etc; políticas que fueron continuadas por los gobiernos "socialistas" de la Concertación con el beneplácito de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT). Otras políticas implementadas fueron en materia de comercio exterior, que se plasmó en la eliminación de los aranceles aduaneros y la celebración de un sinnúmero de Tratados de Libre Comercio (TLC) lo que ha repercutido fuertemente incluso en las PYMES (Pequeñas y Medianas empresas) y las Mini-PYMES que son a fin de cuentas los que generan el 80% del empleo.
Estos dos modelos empresariales mencionados han sobrevivido a pesar de la arremetida de los TLC, pero lo han hecho a costa de salarios de hambre que pagan a los trabajadores y la inestabilidad en el empleo que generan.Los efectos de la política del chorreo han sido devastadoras en términos de distribución de la riqueza y han generado la enorme brecha existente entre ricos y pobres ; veamos el siguiente ejercicio:En una economía abierta, si eventualmente los precios internacionales de venta bajan, existen dos posibilidades, o los empresarios disminuyen la tasa de ganancia para mantener la competitividad o se disminuyen los salarios reales. En este último caso, el problema consiste en quién paga el costo del ajuste... y si es al revés, en quién aprovecha el mayor excedente. En el primer caso, habrá presiones evidentes por parte del capital para mantener o deteriorar la redistribución actual (menos salarios, despidos, etc); y si los precios marcha al alza, nada garantiza que la redistribución mejore, salvo la filantropía patronal o la presión de los trabajadores.

3. En Chile, la redistribución de la riqueza es imposible La crisis del neoliberalismo como "estrategia de desarrollo" se manifiesta en la enorme brecha distributiva entre ricos y pobres que condena a miles de chilenos a la miseria. Los instrumentos para redistribuir la riqueza que producimos todos, se realiza mediante la aplicación de la política del gasto social y la política laboral, en otras palabras, las condiciones de compra-venta de la fuerza de trabajo, que repercuten en el salario y el empleo.

3.1 El gasto social: El gasto social es lo que el gobierno invierte en los servicios de primera necesidad. Con el alto precio del cobre, el dinero en el bolsillo estatal creció (superávit fiscal), con lo que el gobierno aumentó el gasto social. El objeto de este aumento fue la urgencia de apagar el incendio de conflictos sociales que estallan todos los días. Si no hubiera habido aumento del precio del cobre no habría aumento del gasto social, con lo que la situación política se agravaría (para ellos).

Por otra parte, los resultados de las políticas sociales han sido espantosos. La última encuesta CASEN, "encuesta oficial", establece que la pobreza ha bajado en los últimos 12 años. Sin embargo, para llegar a este cálculo, los tecnócratas fijaron el mínimo de sobrevivencia en "40 mil pesos mensuales" cuando para que una persona pueda vivir en Chile requiere $130.000 pesos mensuales... esto significa que el 80% de los chilenos es pobre. No se puede hablar de un "fracaso de la política social" ni mucho menos de "victoria contra el flagelo de la pobreza" como señalan Ricardo Lagos y Michelle Bachelet, porque dentro de los marcos neoliberales no existe política social: la manipulación grosera de las cifras se condice con los programas sociales de control, de premio y de castigo focalizado.Con política laboral nos referimos a las condiciones concretas para la compra-venta de la fuerza de trabajo.

3.2 La política laboral
1. La normativa laboral como instrumento de ACUMULACIÓN y no de DISTRIBUCIÓN

En el actual orden neoliberal, los trabajadores se encuentran sin instrumentos legales y eficaces para negociar en condiciones favorables la venta de su fuerza de trabajo.Sin embargo, en los últimos 4 años las movilizaciones de los sectores estratégicos (las que producen mayor riqueza en el país como los mineros, los portuarios, los forestales, los salmoneros, las temporeras, entre otros) han revertido esta situación por la vía de la acción directa de masas, con lo que han superado los estrechos marcos legales y han negociado en condiciones más favorables la venta de su fuerza de trabajo. Estos "hechos" ha llevado a los de arriba a ponerse al día y preparar la ofensiva y volver a sus carriles el incipiente movimiento de los trabajadores combativos y corregir esta forma "ilegal" de redistribuir la riqueza que acumulan a destajo los monopolios imperialistas nacionales y extranjeros.
2. El Sueldo Mínimo

Este instrumento ha servido para "compensar" la prácticamente inexistente negociación de las condiciones laborales en Chile. Este comodín pasó de $135 mil a $140 mil pesos, mientras la CUT pataleaba porque el gobierno y la burguesía no consideraban su propuesta chanta de subir el salario mínimo en $15 mil pesos anuales, hasta llegar a los $180 mil al final del mandato de Bachelet en el 2010.Sobre el sueldo mínimo y su carácter de hambre han aparecido posiciones: los empresarios han emprendido una campaña, desde la Cámara de la Producción y el Comercio (CPC), para no aumentar el sueldo mínimo y, al mismo tiempo, plantean su rechazo a la modificación eventual de la negociación colectiva que tanto provecho les ha traído; por otro lado, múltiples organizaciones populares han manifestado la necesidad de que el sueldo mínimo sea único y no diferenciado como lo es en la actualidad y, a su vez, han planteado la intención de luchar por un sueldo mínimo digno, que refleje lo que realmente cuesta la vida en Chile, a partir de una nueva canasta familiar (cuestión sobre la cual algunos plantean que debiera alcanzar los $315 mil pesos).

4. El fantasma de la crisis inflacionaria Las alzas de numerosos artículos y servicios indispensables están empezando a castigar al pueblo. Esto lo podemos evidenciar en que en los últimos 12 meses la leche líquida registra un aumento de 36,6% y los demás lácteos lo hacen entre un 21% y 31%. Así también, han sufrido alzas notorias el arroz y la harina, sin olvidar el alza del pan corriente y del especial, empujados de atrás por el alza de varios insumos que podrían elevarlo más aún. Las frutas y verduras también aumentaron en los últimos 12 meses en al menos un 8,5%. Por otro lado, a nivel internacional, se muestra un alza desproporcionada del maíz y del trigo.
En cuanto a los servicios básicos, las cuentas de electricidad subieron en un 16% en el último año, aumento que se repetirá en octubre cuando se fije el nuevo precio de nudo. En los últimos 6 meses, el rubro combustibles dentro del Índice de Precios al Consumidor (IPC) ha experimentado un alza del 10%. Situación similar es la del gas licuado y del agua que han tenido aumentos con perspectivas de seguir elevándose.Y para qué referirse a los gastos en salud para las personas ya que basta decir con que los hospitales, clínicas, isapres, servicios de urgencia, farmacias y otros negocios privados no paran de elevar precios, tarifas y mensualidades.Y en materia de transporte ya es conocido y repetido el hecho de las compañías privadas del Transantiago chantajean al gobierno para que les subvencione y de esta manera asegurar sus altas ganancias ya que de lo contrario exigirían alzas en las tarifas de locomoción, cuestión que ya se ha vivido en ciudades como Concepción donde el valor del pasaje ascendió a $400 pesos.
Todo lo que hemos señalado se llama INFLACION, que significa un alza sostenida y generalizada de los precios. Los economistas del gobiernos dicen que esto es transitorio. ¿Pero es así?.Hace algún tiempo se ha desatado un proceso inflacionario en los mercados globales de los productos básicos, energéticos y derivados, materias primas y alimentos. La crisis energética mundial y los cambios climáticos son factores importantes.

5. El control de la inflación En general, la inflación puede controlarse, entre otros instrumenos, por:

El establecimiento de control de precios o bandas de precios.
La intervención del estado en ciertas áreas estratégicas de la economía (como la energía).
Interviniendo el dinero circulante, por la vía del aumento de la tasa de interés (precio del dinero que es fijado por el Banco Central). Con respecto al alza de la tasas de interés, podemos decir que este es el mecanismo de preferencia que usan los de arriba en desmedro de los trabajadores y el pueblo. Esto porque el alza perjudica a toda clase de deudores, sean estos deudores hipotecarios o los que tengan que pagar las deudas de las vacaciones, deudores de las compras de artículos escolares, los consumidores de tarjetas de crédito, comerciales y bancarias, etc.
Por otra parte, el aumento de la tasa de interés afecta a la inversión (nadie pide préstamos con tasas de interés elevadas) y con ello hay menos circulante con lo que se corrige el alza de precios. Pero, lo que en realidad ocurre es la reseción, es decir, la economía deja de crecer pudiendo llegar igual o inferior a 0% el crecimiento y con ello aparecen las medidas de ajuste empresarial como los despidos, las caídas de los salarios, la reducción del gasto social, etc... lo que afecta directamente al pueblo.

En la historia de Chile, el control de precios hasta 1973 era realizado por la Dirección de Abastecimiento y Control de Precios (DICAP) lo que fue barrido por la dictadura neoliberal ya que, según ellos, "se distorsionaba el libre juego de la oferta y la demanda". Así todo, luego crearon el Servicio Nacional del Consumidor (SERNAC) cuya función principal es "informar a los consumidores". Además, la actividad empresarial del estado se eliminó por la vía de las privatizaciones brujas de las empresas estatales, cuyas acciones se vendieron a precio de huevo.

6. Las conclusiones ante este panorama La discusión sobre la redistribución del ingreso está presente en las organizaciones populares en la medida que existe la lucha por las demandas económicas. Sin embargo, la redistribución del ingreso es imposible bajo el actual orden neoliberal. Por otra parte, el deterioro de los salarios es cada vez mayor, lo que puede ser reflejo de una crisis inflacionaria mayor... ¡y solos les queda $20 mil millones de dólares para evitar que este país explote por los aires!."Corregir el modelo", "Un nuevo pacto social", eso es lo que suena, ¿pero es esto posible?, ¿es posible que los empresarios den un paso al lado para dejar de ganar sus altas tasas de dinero?, a fin de cuentas, ¿es posible humanizar el capitalismo? (como creen los reformistas cuando llaman a votar por tal o cual candidato en las elecciones).
Nosotros creemos firmemente que no. Lo que si creemos es que, hoy por hoy, las demandas económicas tienen que permitirnos acumular fuerza como pueblo para construir un nuevo proyecto económico, político y social que sea profundamente contrario al de las clases dominantes, al capitalismo. Debemos comprender que la producción de la riqueza es social y que los capitalistas se apropian del fruto de este trabajo... a fin de cuentas, el sistema está hecho por ellos, necesitaron los milicos para imponerlo y la democracia burguesa para mantenerlo. Solo depende de nosotros que la tortilla se de vuelta.

¡Arriba los que luchan!